Si alguien nos pregunta, parece que llevamos toda la vida conviviendo con Internet. Sin embargo, haciendo un poco de memoria, nos damos cuenta, que antes de 1995, realmente ninguno de nosotros había “navegado por la red”.
De hecho, es en 1991, la World Wide Web fue presentado al público como el primer navegador y el primer servidor de Internet que fue desarrollado por el físico Inglés Sir Tim Berner- Lee. Y efectivamente, en 1995, comienza su uso comercial.
Con esto, lo único que pretendo recalcar es algo evidente; la evolución de la comunicación, información, redes sociales, etc. sigue un camino de evolución exponencial.
Y en materia educativa, lógicamente, nos vemos influenciados por el entorno tecnológico en que nos encontramos inmersos.
Es curioso ( y sintomático) que, mientras que personas como Tim Berners-Lee, Kevin Kelly, Philippe Modard, etc., llevan hablando ya hace algún tiempo de la web 3.0, nosotros (me refiero a España y América Latina que conozco mejor) estemos aferrándonos a una docencia bajo un entorno 2.0… si es que llegamos.
Os presento a continuación con la evolución de las formas de trabajo, a nivel educativo, desde el año 95 (web 1.0) hasta la actualidad (web 2.0) y cuál es la tendencia hacia el futuro (recogida de un modelo más anglosajón, pero a mi juicio extrapolable) con una web 3.0.
De hecho, es en 1991, la World Wide Web fue presentado al público como el primer navegador y el primer servidor de Internet que fue desarrollado por el físico Inglés Sir Tim Berner- Lee. Y efectivamente, en 1995, comienza su uso comercial.
Con esto, lo único que pretendo recalcar es algo evidente; la evolución de la comunicación, información, redes sociales, etc. sigue un camino de evolución exponencial.
Y en materia educativa, lógicamente, nos vemos influenciados por el entorno tecnológico en que nos encontramos inmersos.
Es curioso ( y sintomático) que, mientras que personas como Tim Berners-Lee, Kevin Kelly, Philippe Modard, etc., llevan hablando ya hace algún tiempo de la web 3.0, nosotros (me refiero a España y América Latina que conozco mejor) estemos aferrándonos a una docencia bajo un entorno 2.0… si es que llegamos.
Os presento a continuación con la evolución de las formas de trabajo, a nivel educativo, desde el año 95 (web 1.0) hasta la actualidad (web 2.0) y cuál es la tendencia hacia el futuro (recogida de un modelo más anglosajón, pero a mi juicio extrapolable) con una web 3.0.
Tengo que reconocer que, en nuestro entorno, tenemos todavía bastantes reticencias a “compartir información” y esto, sin duda, condiciona y dificulta la implementación de una web 3.0, que propugna justamente todo lo contrario.
A título de curiosidad, el otro día un amigo mio compró un smartphone. Pretendía pasar sus contactos al nuevo teléfono con una copia a través de la tarjeta SD. Cuando le pregunté por qué no tenía los contactos en la nube, desde se pueden sincronizar automáticamente, el me respondió: ¡No me fio!.
¿Estamos preparados? “OPEN YOUR MIND”
P.S.: Ya se está hablando en algunos foros de una web 4.0. ¿cogeremos algún día ese tren?
Excelente artículo, en este sentido, puedo decir que en América Latina, estamos realmente en desventaja con respecto a la mayoría de los países europeos y americanos del norte que ya han implementado la tecnología 3.0 en sus sistemas educativos y, por lo tanto seguiremos inmersos por mucho tiempo en el limbo de los países del tercer mundo; utilizando como innovador lo que los países del primer mundo van desechando.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Yermin.
ResponderEliminarCreo que la linde de la brecha digital que se está creando, a nivel educativo, está más bien dibujada entre los países con un modelo anglosajón y los demás.
Afortunadamente, hoy en día, tenemos un mundo digital más globalizado en donde podemos acceder a una cantidad ingente de información desde cualquier parte del mundo.
Eso sí, será necesaria la motivación por parte de los docentes, alumnos y padres y una apuesta seria del lado de las Administraciones.
Desgraciadamente, esto último, no se respira en el ambiente y no acaba de ser una prioridad para los Gobiernos.